lunes, 14 de febrero de 2011

El séptimo día: 23 de Septiembre de 1996




Sevilla 23/9/96

Bueno, como ya veis ha pasado mucho tiempo desde que escribí las últimas palabras, que desde luego ese día estaba hecha polvo porque las pastillas para los nervios me dan sueño y sobre todo los lunes.
Desde que deje de escribir como te imaginas querido diario, han pasado muchas cosas que te iré contando poco a poco. Bueno, como os dije anteriormente nos fuimos a Rota, a Cándido  no le dieron apenas vacaciones, así que como nos teníamos que llevar a los perros en el coche de Claus, pues ahí me encaramé de Sevilla a Rota en la “perrera”, me babearon un poco, me llenaron de pelos, pero vamos por lo demás bien por que mi hermana Ángela les dio un tranquilizante para el viaje, si no hubiera sido un número…
En el puente de la Virgen de los Reyes decidimos irnos los cuatro Ángela, Claus, Cándido y yo , a Zahara de la Sierra a pasar unos días en un camping, el paisaje era precioso lleno de montañas, pero cual fue nuestra sorpresa que después de haber montado las tiendas, de haber comido, empezó a diluviar con tormenta incluida, pero Cándido y yo nos fuimos a dormir, yo sabia que estaba lloviendo mucho pero no le di mayor importancia hasta que al rato vinieron Ángela, y Claus a decirnos que estábamos inundados, salimos corriendo de la tienda y estaba todo lleno de agua, la tienda empezó a calarse por el suelo y corriendo tuvimos que dejar el camping, ya que no paraba de llover, yo recogiendo las cosas con todos los pies llenos de barro, fíjate que hasta me encontré un sapo así que imaginaros lo que cayó.
Cuando paró de llover y nos duchamos con agua calentita y nos quitamos el barro nos fuimos al pueblo de al lado que era muy animado Algodonales se llamaba, encontramos una casa de pueblo que la Sra. alquilaba habitaciones, cogimos dos dobles y dormí como una niña chica calentita y con sabanas limpias y de una reluciente blancura típica de pueblo…
Después fuimos a Bornos que es un pueblo muy bonito, había un Palacete precioso lleno de flores, parecía un paraíso. Más tarde nos fuimos al lago a comer y a bañarnos. Total que estuvimos unos días cambiando de aires y viendo cosas y pueblos muy bonitos. Me acabo de acordar que al llegar a Bornos Ángela y yo nos estábamos haciendo “pipi”, entonces entramos en un bar pero nada más había servicio de caballeros y el dueño del bar llamó a su mujer para que subiéramos a su casa para hacer la necesidad, Ángela y yo estábamos alucinadas y además no consumimos nada en el bar. ¡Que gente tan linda! La verdad es que eso hoy en día es difícil que te pase.
Después de Bornos ya tiramos otra vez para Rota, “mi querida Rota” .La verdad es que tenía ganas de llegar.
Ya el verano acabó, recogimos las cosas y a Sevilla otra vez, este verano pase mi cumpleaños y mi santo en Rota y me hicieron muchos regalitos.
Al llegar a Sevilla me notaba rara hacia más calor como es normal, apenas había gente por la calle y además me esperaba un día de recoger y lavar…en fin lo que poner la casa un poco al día.
Cuando terminamos sacamos a Gastian por fin a darle una vuelta y por fin dormí en mi propia cama.
Lo único malo es que ya llegaba la rutina, la monotonía de todos los días. De mi casa , a casa de mis padre, después a la oficina, Manolito, a casa a comer y otra vez a mi casa a comer. Odio la monotonía…

Fdo. Por Medusa mediante transcripción realizada por Esclaberto.

Posdata de Esclaberto:  
Tengo que expresar que la promiscuidad de Medusa es comprendida por mi amiga P que entiende su actitud, evidentemente de Medusa,  en tanto en cuando Cándido la tolere y no haga nada al respecto. Eso incluye creerse sus mentiras sistemáticas. Para mí, que soy más cruel en este asunto, es importante no mentir a las personas que te aman o quieren. Cuando uno, o una, miente sucede algo muy cruel; sucede la hipocresía y estoy cansado de que se justifique  detrás de la cobardía y del miedo a perder. En este caso, miedo a perder el apoyo económico de Cándido. Un apoyo económico que es fundamental para Medusa.
Todo el mundo tiene derecho a disfrutar del placer con quien le plazca, pero no a costa del engaño sistemático. Eso es, sencillamente, cobardía. Y esto lo escribe un cobarde empedernido que escribe con transparencia.
Si Medusa quiere a Cándido; ya esta bien de ponerle los cuernos con tíos llenos de pamplinas. Esa búsqueda que realiza de "Un Salvador de su mundo", no es más que el encuentro de "Un condescendiente  con oído de polvos, copas, transporte, sexo y hasta luego". 
Palabra de un envidioso que no sabe mentir; o le cuesta una barbaridad.